Donostia. Las mujeres son más prudentes al volante que los hombres. Este reiterado tópico esconde grandes dosis de verdad, a tenor de la encuesta desarrollada en octubre de este año por el Observatorio de Seguridad Vial y Movilidad de Euskadi. El estudio revela que los hombres sufren el doble de accidentes que las mujeres.
En este caso, se podría pensar que esta estadística nace viciada debido a que, por término medio, los conductores conducen más distancia que ellas. Sin embargo, según indica el informe, la diferencia de siniestros “no desaparece a pesar de igualar los kilómetros conducidos” tanto por ellos como por ellas. “Los resultados nos dan luz y nos ayudan a definir los grupos de riesgo. Nos van a ayudar a definir la vigilancia y el control”, afirmó ayer la directora de Tráfico del Gobierno vasco, Amparo López, quien presentó las conclusiones de este informe, elaborado tras una encuesta realizada a 1.600 conductores en ocho zonas de ITV (Inspección Técnica de Vehículos) y zonas comerciales de la Comunidad Autónoma Vasca. En la comparecencia también estuvo presente el responsable del área de investigación de la Dirección de Tráfico, Josu Sierra.
Las conclusiones de la encuesta también reflejan que estas proporciones se extienden a otros parámetros. Es el caso del número de sanciones que reciben los hombres, también el doble que las mujeres; y en el apartado de las multas por conducir con una tasa de alcohol superior a la permitida también se duplican. Las diferencias entre ambos sexos se extienden a las opiniones y actitudes sobre la velocidad al volante. En este sentido, la mitad de los varones preguntados cree que los límites legales son “excesivos”, mientras que esta cifra se reduce al 33% en el caso de las féminas. “En comportamientos peligrosos, los hombres sobrepasan el doble que las mujeres los límites de velocidad y tienen una actitud más negativa hacia los radares”, señaló Sierra.
Además, el estudio concluye que un 43% de los hombres ha conducido bajo el efecto del alcohol o las drogas, mientras que esta cifra baja al 23% en el caso de las conductoras.
Conductas de riesgo Por otra parte, la media total de accidentes de los mayores de 25 años es casi el doble que la de los más jóvenes. Sierra matizó que “la media de accidentes con consecuencias es levemente más alta en jóvenes”, y agregó que conducen más veces por la noche que los adultos y reciben más sanciones que los adultos por “conducción indebida”. “Respecto a opiniones y actitudes, los jóvenes son más reacios a los límites de velocidad que los adultos y más de la mitad cree que no debe haber radares o deben colocarse menos”, destacó el responsable de investigación de la Dirección de Tráfico.
En cuanto a conductas de riesgo, la juventud supera más los límites de velocidad que los adultos, según la encuesta, y hablan más por el móvil mientras están al volante. Los menores de 25 años aseguran que conducen menos bajo la influencia de alcohol y drogas que los adultos. “Los jóvenes en general son más conscientes de lo que implica conducir. Han recibido más mensajes basados en la educación vial de los colegios, aunque tienen menos accidentes pero con consecuencias más graves. Tienen menos percepción del riesgo”, enfatizó López, quien reconoció que “los adultos son la asignatura pendiente”.
En cuanto al perfil del conductor que ha sufrido accidentes en Euskadi, la mayoría de ellos aseguró en la encuesta que conducía un turismo cuando sufrió el siniestro y la causa principal fue, en su opinión, la distracción, si bien el 48% considera que nunca fueron culpables del accidente. “Son más hombres que mujeres, y tienen mayor exposición al riesgo: hacen más kilómetros a la semana o conducen más horas que la media”, subrayó Sierra.
En más casos, la profesión de estos conductores les obliga a conducir, son más adultos que jóvenes y tienen más comportamientos de riesgo que la media, como sobrepasar límites de velocidad, hablar por el móvil y han sido sancionados más veces por velocidad, alcohol, distracción o conducción indebida. Con todo, López se congratuló del “alto nivel de madurez y concienciación” de los conductores vascos que son “buenos” al volante, en particular, las mujeres.
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